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NOV 2020 : Mot de la Presidente de l'ACISJF, Miriam Diaz Camargo, sur la Pandemie
LA PANDEMIA
REGALOS - PRIVACIONES
Queridas amigas, queridos amigos.
Antes de finalizar el año Litúrgico, entrando en la Semana XXXII, quiero dirigirme a todos ustedes miembros de ACISJF IN VIA, para hacer un breve reconocimiento de lo que ha sido esta PANDEMIA del Covid-19 en nuestra vida y, por ende, en nuestro trabajo para la Asociación.
Sin lugar a duda ha sido un tiempo fuerte, de dolor, de momentos difíciles, de incertidumbre, de privaciones, de situaciones dramáticas sin precedentes; nos ha invitado diariamente a la reflexión sobre la vida: en primer lugar, a ir a lo esencial, de lo cual, lamentablemente, nos olvidamos cuando todo sucede normalmente. Ha sido un encuentro muy especial con nosotros mismos, con nuestra realidad creatural, con nuestra vulnerabilidad y fragilidad humana.
Esta experiencia, inesperada pero providencial, nos ha llevado a una necesaria y provechosa introspección: mirar a nuestro interior, para abrir nuestro corazón a Dios y, desde el encuentro con Él en la oración, tomar conciencia del valor de la vida, del carácter relativo de todo lo terreno, de la necesidad de mirar hacia adelante, a la meta verdadera. Ha sido una ocasión propicia para valorar nuestra necesidad de comunión, de solidaridad fraterna, de respeto y cuidado de la Naturaleza, de paz y armonía con los demás, con nosotros mismos y con Dios.
Las consecuencias negativas, y, por qué no decirlo, nefastas, han sido en el campo social, económico, laboral. Se ha generado otra pandemia, la de la extensión de la pobreza, el hambre, la soledad, la exclusión social, agravada por la cultura de la indiferencia y el individualismo. El virus de la indiferencia solo es derrotado por los anticuerpos de la verdadera misericordia, que es mucho más que la compasión y la solidaridad. Es el amor entrañable que nos hace "sobrellevarnos mutuamente nuestras cargas", para superar juntos esta calamidad, y sobre todo, para salir recreados por el amor de nuestro Padre Dios a construir un mundo mejor, fraterno y cristiano.
Son de diferentes tipos las privaciones y restricciones a causa de la Pandemia, sin embargo, no nos ha privado de los Consuelos de Dios, y Su Palabra ha resonado de muchas maneras y nos ha sostenido de pie. Seguimos aquí porque nos dejamos conducir por Él: "No tengan miedo… Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo".
La Pandemia nos ha ayudado a redescubrir la familia como soporte humano y espiritual: los hogares se convirtieron en espacios de estudio, de trabajo, de recreación, de estar con nosotros mismos.
En nuestra Asociación, en cada hogar, en cada centro de acogida, en los centros de ayuda y de servicios, pudimos continuar la labor, innovando, reinventándonos formulas y ajustándonos a la circunstancia de cada lugar; nos sentimos unidos y pertenecientes a una Humanidad común, en la fragilidad, pero también más unidos en la fraternidad y en la solidaridad. Y damos cuenta de que nuestra libertad sólo puede ser ejercida en la responsabilidad y en la solidaridad porque somos interdependientes y solidarios unos de los otros y por eso nos salvamos todos juntos o nos perdemos todos juntos.
A todos ustedes, hombres y mujeres que trabajan con pasión, con amor, y convencidos de ofrecer oportunidades a quien se acerca y acude a nosotros, que Dios los siga bendiciendo. En las personas a quienes servimos con el poder de Dios, escuchamos la voz del que sufre hambre, del emigrante, del desempleado, sin techo, necesitado de preparación académica. Todas esas personas, cuando encuentran una mano solidaria, una voz amable, un trato digno, recuperan la esperanza, creen de nuevo, ven la ventana que se abre, gracias al sentido humanitario, de justicia, caridad, que, por la Gracia de Dios, nos asiste en este trabajo. La creatividad del cristiano se manifiesta en abrir horizontes nuevos, en abrir ventanas y en no huir ni escapar.
Seguimos colocando este camino en manos de la Madre del Buen Consejo. Ella que acogió a su Hijo, nos ayude a seguir inspirándonos con estrategias y gestiones como artesanos de paz, fraternidad y solidaridad.
Dios nos bendice,
Myriam Diaz Camargo